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ITINERARIO SEYCHELLES

10 días por libre en las paradisíacas islas Seychelles

Las islas Seychelles son un auténtico paraíso terrenal. Caracterizadas por el intenso azul turquesa de sus aguas, la jungla caprichosa que se adentra hasta el mismo mar y sus grandes rocas de granito que salpican cada una de las diferentes playas de sus islas. Es un paisaje que te dejará una marca para siempre.

Sus habitantes tampoco te dejarán indiferente ya que son gente amable, alegre y siempre dispuestos a echarte una mano, ya sea para alguna gestión, coger un taxi, alquilar una bici, ofrecerte mesa para comer o simplemente para desearte un feliz día.

En esta sección vas a encontrar el itinerario que realicé como segunda parte de mi luna de miel, que fue un viaje de 10 días por libre en las islas Seychelles. Recorrimos Praslin y La Digue y fue una experiencia totalmente inolvidable.

PREPARATIVOS

Ahora que ya tienes seleccionado el destino y la duración del viaje aproximada toca hacerse las típicas preguntas, ¿cómo llego a mi destino? ¿cómo me desplazaré por Seychelles? ¿qué moneda tienen? ¿dónde comeré?.

Son muchas y variadas las dudas que vienen acompañadas de ese cosquilleo inicial cuando se empieza a preparar un viaje, así que te dejo un pequeño resumen a continuación de lo que para mí son los pilares fundamentales de una bvuena planificación.

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DESPLAZAMIENTO

La manera más sencilla de llegar a las islas Seychelles es mediante un avión. El aeropuerto internacional de Seychelles se encuentra en la isla de mayor tamaño, llamada Mahé y es aquí donde efectuarás tu llegada.

Una vez allí y dependiendo de tu itinerario tienes los siguientes medios de transporte a tu disposición:

• Avioneta: para ir a la isla de Praslin con la compañía AirSeychelles desde Mahé.

• Ferry: para desplazarte a las islas de Praslin o La Digue desde Victoria Fishing Port (también para moverte entre estas mismas islas, ya sea en una excursión o para cambiar de localización).

• Coche: para desplazarte dentro de las islas de Mahé o Praslin.

• Bici: fundamental y necesario cuando llegues a La Digue ya que no está permitida la circulación de coches y la sensación de moverte así es única.

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ALOJAMIENTO

En Seychelles encontrarás todo tipo de alojamientos como apartamentos, guest houses, hoteles y resorts, y es aquí donde entra en acción las preferencias de cada uno. Dependerá del tipo de viaje que estés buscando, de la holgura de tu bolsillo o de la experiencia que quieras vivir, elegir un tipo u otro.

Si bien es verdad que podrás jugar con el precio dependiendo de la temporada en la que viajes a Seychelles, encontrarás que los precios son más caros de lo que esperabas (si lo comparamos con un destino y temporadas similares europeo).

No obstante, la calidad de los alojamientos y los servicios que prestan tanto de hostelería, limpieza, piscina y actividades están a la altura de lo esperado para cada tipo de alojamiento.

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METEOROLOGÍA

Siendo un país situado cerca del ecuador garantiza que las temperaturas van a ser cálidas y estables durante todo el año pero como contrapartida podemos esperar algunas lluvias incluso durante la estación seca. Esto garantiza que para visitar Seychelles siempre sea un buen momento.

Hay que diferenciar entre dos estaciones: la estación seca (de mayo a septiembre) y la estación húmeda (de octubre hasta marzo). La primera se caracteriza por tener temperaturas más frescas y con lluvias muy ocasionales y la segunda por tener temperaturas más altas, un ambiente más húmedo y lluvias torrenciales más frecuentes. La ventaja de esta climatología es que las lluvias son intensas pero cortas, de manera que sólo tienes que esperar un par de horas a que escampe para continuar con tu paradisíaco día.

La existencia de estas dos estaciones y su diferente climatología afecta a la oferta de las islas estableciéndose la temporada alta (julio, agosto y Navidad) en la que los precios serán más elevados y habrá más alojamientos ocupados; y la temporada baja (desde noviembre hasta marzo exceptuando Navidad) donde los precios serán más bajos y habrá mayor disponibilidad de alojamientos pero también podremos encontrarnos con establecimientos y hoteles cerrados.

Con toda esta información en la mano toca resolver la gran pregunta ¿cuál es la mejor época para viajar a Seychelles? En el caso de estar buscando una fecha óptima, en el que los precios son más asumibles, hay una buena oferta de alojamientos, establecimientos y actividades y el clima acompña la mayor parte del tiempo elegiríamos los meses de transición: abril, mayo, septiembre y octubre

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ACTIVIDADES

La gran mayoría de cosas que hacer en Seychelles están relacionadas con el mar, evidentemente, y la diferencia radica principalmente entre las que son gratis y las que no. Las actividades gratis son todas aquellas que vas a poder realizar en la playa como caminar por sus playas, internarte en zonas interiores para hacer senderismo (cuidado con perderte) o hacer snorkel.

Las actividades que las que tienes que pagar la oferta se hace más amplia ya que normalmente este pago lleva detrás la contratación de algún medio de transporte, como un barco. De esta manera podrás visitar otras islas o hacer submarinismo. No te recomiendo en absoluto actividades de puro postureo como la famosa excursión en kayaks transparentes porque están super controladas, no te dejan apenas libertad y estás pagando el arrastre de tu kayak hacia una zona a la que puedes acceder sin problema haciendo snorkel.

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EQUIPAJE

Siendo un archipiélago tropical tu equipaje debe ser ligero, fresco y transpirable. Las prendas de manga y pernera corta serán tus básicos durante el viaje, debido al calor y la humedad pero también puedes llevar ropa de manda larga para por la noche siempre que sean tejidos finos y frescos. Para el sol es fundamental llevar gafas de sol y gorra/sombrero, además de constante protección solar tanto en el cuerpo como en la cara (incluso cuando está nublado).

El calzado debe ser cómodo y transpirable ya que vas a utilizar la bici y tendrás que andar en muchas ocasiones tanto para llegar a la playa como para moverte dentro de ellas. Te servirá con unas deportivas o las típicas sandalias con cierre en el tobillo pero cuanto más cómodo y versátil sea mejor. Tus pies lo agradecerán.

Para relizar actividades es conveniente que lleves gafas y tubo de snorkel (si no lo tienes ya y sueles realizarlo cuando viajas, compra uno) ya que te evitarás alquilar un conjunto por un precio carísimo y cuestionable higiene. Evidentemente la ropa de baño es fundamental para los planes de playa y disfrutar del mar. Si tienes escarpines, te propongo que apliques la misma filosofía que con el conjunto de snorkel ya que seguro que quieres subir a alguna roca en mirad del mar o acceder a lugares rodeados por piedras o coral. Los escarpines de ayudarán a poder caminar sin problema y con mucha más seguridad que si vas descalzo o con chanclas convencionales.

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TECNOLOGÍA

Cuento con que llevarás tu smartphone y es que casi no hace falta recomendación. En él podrás tener almacenado todo tipo de documentación, correos, reservas, información y fotos. No te olvides del cargador correspondiente.

Hablando de cargadores, estaría bien llevar una powerbank por si hubiera algún corte de luz o te quedas sin batería en mitad de una excursión por la razón que sea. Un enchufe que te permita adaptarte a los diferentes tipos internacionales viene de maravilla (y lo podrás reutilizar en el resto de viajes). El tipo de enchufe de seychelles es de tres patillas como en Reino Unido.

Si la fotografía no es un hobby que te apasione, con tu smartphone podrás apañártelas sin problema y si tienes una cámara acuática (GoPro por ejemplo) podrás traerte recuerdos todoterreno. Sin embargo, mi recomendación personal es que lleves una cámara, del tipo que se adapte a tus necesidades y habilidades, para poder recrearte en tus recuerdos una vez que estés de vuelta. La manera en que vas a capturar el mundo con una cámara es diferente a como lo haces con un smartphone, no solamente en la calidad, sino también en el tipo de fotos y rango de estilo que puedes obtener. Dejando los selfies para las fotos casuales, algo que también te vendrá genial es un trípode, para poder hacer larga exposición y sobre todo autorretratos.

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CULTURA

La República de Seychelles está situada en el océano Índico, al noreste de Madagascar, y es un archipiélago formado por 115 islas. Su capital es Victoria y se encuentra en la isla de Mahé (donde también se encuentra el aeropuerto internacional). Estas islas son accesibles por mar a excepción de Praslin que cuenta con un aeródromo al que podrás aterrizar desde Mahé. La principal fuente de ingresos del país es el turismo de manera que para un visitante como tú tendrás a tu dispoisición multitud de servicios para realizar todo aquello que te propongas, eso sí, a un precio más alto de la media esperada.

Sus habitantes tienen raíces africanas y francesas (debido a la colonización entorno a principios del siglo XIX) y hay tres idiomas principales: criollo seychellense, francés e inglés. Por lo general son gente amable, hospitalaria y servicial ya que no importa si te están intentando vender un producto, atendiéndote en un hotel o resolviendote una duda en mitad de la calle, siempre te hablan y tratan con educación, una sonrisa y muy buen rollo.

La gastronomía local es la comida criolla que está basada en arroz, carnes o vegetales cocinadas con curry, carnes a la brasa y otros paltos y postres con base de coco y frutas tropicales. En las diferentes islas tendrás la oportunidad de probarlas en diferentes locales y afortunadamente suelen ser los platos más económicos. También puedes encontrar comida de diferentes lugares del mundo.

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MONEDA

La moneda de curso legal oficial en las islas Seychelles es la rupia de Seychelles.

No tendrás problema para pagar en la mayoría de hoteles, tiendas y restaurantes con tarjeta o efectivo por lo que mi recomendación es que lleves preparados ambos métodos de pago para cada ocasión. El efectivo seguramente lo uses poco y mi recomendación es que lo reserves para las situaciones donde sea imprescindible como restaurantes y pequeñas tiendas locales.

Para el uso de tarjeta de crédito lo ideal es que tengas una que permite el uso internacional con el menor cobro de comisiones posibles tanto para realizar pagos como para sacar efectivo de cajeros.

Para la obtención de efectivo podrás sacarlo de cajeros automáticos como he comentado o realizar cambios en las casas de cambios. Para este último método nos comentaron a nuestra llegada que lo mejor sería realizarlo en el aeropuerto ya que nos iba a ser difícil encontrar alguna dentro del itinerario que llevábamos planificado.

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SANIDAD

La sensación que Seychelles da es buena en cuanto al estado de la sanidad se refiere. Las calles están limpias, no hay residuos en las zonas naturales ni en el mar y hay buena conciencia con el cuidado del medio ambiente.

Las recomendaciones para pasar unas vacaciones sin sustos relacionados con la salud en Seychelles son las típicas que te daría para un destino con las mismas características: no beber agua del grifo, tener cuidado con la fruta comprada en puestos a corte de machete, no comer carnes crudas, no intentar acceder o caminar por senderos potencialmente peligrosos debido a la orografía del terreno y conducir con cuidado y precaución.

Y por si algo de esto fallase es muy importante tener siempre cubriendo tus espaldas un seguro de viaje contratado. En función de tu viaje tendrá mayor o menor cobertura pero es fundamental que tengas uno. Si no lo usas, aunque parezca absurdo, será lo mejor que te haya podido pasar.

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VACUNAS

El gobierno de Seychelles no te exigirá ningún tipo de vacunación obligatoria a no ser que provengas de una zona de riesgo y, en este caso, podrían exigir un certificado de vacunación contra la fiebre tifoidea.

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ACCESO Y SEGURIDAD

Es necesario solicitar el acceso al país cumplimentando los datos requeridos en la siguiente web. Te dará la posibilidad de estar en el país durante 3 meses.

Seychelles es un país seguro con una tasa de criminalidad muy baja. Es raro tener una sensación de inseguridad ya sea caminando solo por una playa, yendo a cenar de noche o dejando tu bici alquilada sin ningún tipo de seguro. Sin embargo esto no significa que debas tomar las precauciones básicas como no llevar grandes sumas de dinero u ostentosidades, no dejar tus pertenencias tiradas en cualquier lugar y sin prestarles atención o caminar por la noche por zonas que claramente tienen un aura sospechosa.

Con un buen uso del sentido común no tendrás ningún susto y tu viaje no se verá perturbado por ningún incidente.

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DESPLAZAMIENTO

La manera más sencilla de llegar a las islas Seychelles es mediante un avión. El aeropuerto internacional de Seychelles se encuentra en la isla de mayor tamaño, llamada Mahé y es aquí donde efectuarás tu llegada.

Una vez allí y dependiendo de tu itinerario tienes los siguientes medios de transporte a tu disposición:

• Avioneta: para ir a la isla de Praslin con la compañía AirSeychelles desde Mahé.

• Ferry: para desplazarte a las islas de Praslin o La Digue desde Victoria Fishing Port (también para moverte entre estas mismas islas, ya sea en una excursión o para cambiar de localización).

• Coche: para desplazarte dentro de las islas de Mahé o Praslin.

• Bici: fundamental y necesario cuando llegues a La Digue ya que no está permitida la circulación de coches y la sensación de moverte así es única.

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ALOJAMIENTO

En Seychelles encontrarás todo tipo de alojamientos como apartamentos, guest houses, hoteles y resorts, y es aquí donde entra en acción las preferencias de cada uno. Dependerá del tipo de viaje que estés buscando, de la holgura de tu bolsillo o de la experiencia que quieras vivir, elegir un tipo u otro.

Si bien es verdad que podrás jugar con el precio dependiendo de la temporada en la que viajes a Seychelles, encontrarás que los precios son más caros de lo que esperabas (si lo comparamos con un destino y temporadas similares europeo).

No obstante, la calidad de los alojamientos y los servicios que prestan tanto de hostelería, limpieza, piscina y actividades están a la altura de lo esperado para cada tipo de alojamiento.

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METEOROLOGÍA

Siendo un país situado cerca del ecuador garantiza que las temperaturas van a ser cálidas y estables durante todo el año pero como contrapartida podemos esperar algunas lluvias incluso durante la estación seca. Esto garantiza que para visitar Seychelles siempre sea un buen momento.

Hay que diferenciar entre dos estaciones: la estación seca (de mayo a septiembre) y la estación húmeda (de octubre hasta marzo). La primera se caracteriza por tener temperaturas más frescas y con lluvias muy ocasionales y la segunda por tener temperaturas más altas, un ambiente más húmedo y lluvias torrenciales más frecuentes. La ventaja de esta climatología es que las lluvias son intensas pero cortas, de manera que sólo tienes que esperar un par de horas a que escampe para continuar con tu paradisíaco día.

La existencia de estas dos estaciones y su diferente climatología afecta a la oferta de las islas estableciéndose la temporada alta (julio, agosto y Navidad) en la que los precios serán más elevados y habrá más alojamientos ocupados; y la temporada baja (desde noviembre hasta marzo exceptuando Navidad) donde los precios serán más bajos y habrá mayor disponibilidad de alojamientos pero también podremos encontrarnos con establecimientos y hoteles cerrados.

Con toda esta información en la mano toca resolver la gran pregunta ¿cuál es la mejor época para viajar a Seychelles? En el caso de estar buscando una fecha óptima, en el que los precios son más asumibles, hay una buena oferta de alojamientos, establecimientos y actividades y el clima acompña la mayor parte del tiempo elegiríamos los meses de transición: abril, mayo, septiembre y octubre

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ACTIVIDADES

La gran mayoría de cosas que hacer en Seychelles están relacionadas con el mar, evidentemente, y la diferencia radica principalmente entre las que son gratis y las que no. Las actividades gratis son todas aquellas que vas a poder realizar en la playa como caminar por sus playas, internarte en zonas interiores para hacer senderismo (cuidado con perderte) o hacer snorkel.

Las actividades que las que tienes que pagar la oferta se hace más amplia ya que normalmente este pago lleva detrás la contratación de algún medio de transporte, como un barco. De esta manera podrás visitar otras islas o hacer submarinismo. No te recomiendo en absoluto actividades de puro postureo como la famosa excursión en kayaks transparentes porque están super controladas, no te dejan apenas libertad y estás pagando el arrastre de tu kayak hacia una zona a la que puedes acceder sin problema haciendo snorkel.

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EQUIPAJE

Siendo un archipiélago tropical tu equipaje debe ser ligero, fresco y transpirable. Las prendas de manga y pernera corta serán tus básicos durante el viaje, debido al calor y la humedad pero también puedes llevar ropa de manda larga para por la noche siempre que sean tejidos finos y frescos. Para el sol es fundamental llevar gafas de sol y gorra/sombrero, además de constante protección solar tanto en el cuerpo como en la cara (incluso cuando está nublado).

El calzado debe ser cómodo y transpirable ya que vas a utilizar la bici y tendrás que andar en muchas ocasiones tanto para llegar a la playa como para moverte dentro de ellas. Te servirá con unas deportivas o las típicas sandalias con cierre en el tobillo pero cuanto más cómodo y versátil sea mejor. Tus pies lo agradecerán.

Para relizar actividades es conveniente que lleves gafas y tubo de snorkel (si no lo tienes ya y sueles realizarlo cuando viajas, compra uno) ya que te evitarás alquilar un conjunto por un precio carísimo y cuestionable higiene. Evidentemente la ropa de baño es fundamental para los planes de playa y disfrutar del mar. Si tienes escarpines, te propongo que apliques la misma filosofía que con el conjunto de snorkel ya que seguro que quieres subir a alguna roca en mirad del mar o acceder a lugares rodeados por piedras o coral. Los escarpines de ayudarán a poder caminar sin problema y con mucha más seguridad que si vas descalzo o con chanclas convencionales.

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TECNOLOGÍA

Cuento con que llevarás tu smartphone y es que casi no hace falta recomendación. En él podrás tener almacenado todo tipo de documentación, correos, reservas, información y fotos. No te olvides del cargador correspondiente.

Hablando de cargadores, estaría bien llevar una powerbank por si hubiera algún corte de luz o te quedas sin batería en mitad de una excursión por la razón que sea. Un enchufe que te permita adaptarte a los diferentes tipos internacionales viene de maravilla (y lo podrás reutilizar en el resto de viajes). El tipo de enchufe de seychelles es de tres patillas como en Reino Unido.

Si la fotografía no es un hobby que te apasione, con tu smartphone podrás apañártelas sin problema y si tienes una cámara acuática (GoPro por ejemplo) podrás traerte recuerdos todoterreno. Sin embargo mi recomedación personal es que lleves una cámara, del tipo que se adapte a tus necesidades y habilidades, para poder recrearte en tus recuerdos una vez que estés de vuelta. La manera en que vas a capturar el mundo con una cámara es diferente a como lo haces con un smartphone, no sólamente en la calidad, si no también en el tipo de fotos y rango de estilo que puedes obtener. Dejando los selfies para las fotos casuales, algo que también te vendrá genial es un trípode, para poder hacer larga exposición y sobre todo autorretratos.

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CULTURA

La República de Seychelles está situada en el océano Índico, al noreste de Madagascar, y es un archipiélago formado por 115 islas. Su capital es Victoria y se encuentra en la isla de Mahé (donde también se encuentra el aeropuerto internacional). Estas islas son accesibles por mar a excepción de Praslin que cuenta con un aeródromo al que podrás aterrizar desde Mahé. La principal fuente de ingresos del país es el turismo de manera que para un visitante como tú tendrás a tu dispoisición multitud de servicios para realizar todo aquello que te propongas, eso sí, a un precio más alto de la media esperada.

Sus habitantes tienen raíces africanas y francesas (debido a la colonización entorno a principios del siglo XIX) y hay tres idiomas principales: criollo seychellense, francés e inglés. Por lo general son gente amable, hospitalaria y servicial ya que no importa si te están intentando vender un producto, atendiéndote en un hotel o resolviendote una duda en mitad de la calle, siempre te hablan y tratan con educación, una sonrisa y muy buen rollo.

La gastronomía local es la comida criolla que está basada en arroz, carnes o vegetales cocinadas con curry, carnes a la brasa y otros paltos y postres con base de coco y frutas tropicales. En las diferentes islas tendrás la oportunidad de probarlas en diferentes locales y afortunadamente suelen ser los platos más económicos. También puedes encontrar comida de diferentes lugares del mundo.

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MONEDA

La moneda de curso legal oficial en las islas Seychelles es la rupia de Seychelles.

No tendrás problema para pagar en la mayoría de hoteles, tiendas y restaurantes con tarjeta o efectivo por lo que mi recomendación es que lleves preparados ambos métodos de pago para cada ocasión. El efectivo seguramente lo uses poco y mi recomendación es que lo reserves para las situaciones donde sea imprescindible como restaurantes y pequeñas tiendas locales.

Para el uso de tarjeta de crédito lo ideal es que tengas una que permite el uso internacional con el menor cobro de comisiones posibles tanto para realizar pagos como para sacar efectivo de cajeros.

Para la obtención de efectivo podrás sacarlo de cajeros automáticos como he comentado o realizar cambios en las casas de cambios. Para este último método nos comentaron a nuestra llegada que lo mejor sería realizarlo en el aeropuerto ya que nos iba a ser difícil encontrar alguna dentro del itinerario que llevábamos planificado.

Icon medicine

SANIDAD

La sensación que Seychelles da es buena en cuanto al estado de la sanidad se refiere. Las calles están limpias, no hay residuos en las zonas naturales ni en el mar y hay buena conciencia con el cuidado del medio ambiente.

Las recomendaciones para pasar unas vacaciones sin sustos relacionados con la salud en Seychelles son las típicas que te daría para un destino con las mismas características: no beber agua del grifo, tener cuidado con la fruta comprada en puestos a corte de machete, no comer carnes crudas, no intentar acceder o caminar por senderos potencialmente peligrosos debido a la orografía del terreno y conducir con cuidado y precaución.

Y por si algo de esto fallase es muy importante tener siempre cubriendo tus espaldas un seguro de viaje contratado. En función de tu viaje tendrá mayor o menor cobertura pero es fundamental que tengas uno. Si no lo usas, aunque parezca absurdo, será lo mejor que te haya podido pasar.

Icon Building

VACUNAS

El gobierno de Seychelles no te exigirá ningún tipo de vacunación obligatoria a no ser que provengas de una zona de riesgo y, en este caso, podrían exigir un certificado de vacunación contra la fiebre tifoidea.

Icon Building

ACCESO Y SEGURIDAD

Es necesario solicitar el acceso al país cumplimentando los datos requeridos en la siguiente web. Te dará la posibilidad de estar en el país durante 3 meses.

Seychelles es un país seguro con una tasa de criminalidad muy baja. Es raro tener una sensación de inseguridad ya sea caminando solo por una playa, yendo a cenar de noche o dejando tu bici alquilada sin ningún tipo de seguro. Sin embargo esto no significa que debas tomar las precauciones básicas como no llevar grandes sumas de dinero u ostentosidades, no dejar tus pertenencias tiradas en cualquier lugar y sin prestarles atención o caminar por la noche por zonas que claramente tienen un aura sospechosa.

Con un buen uso del sentido común no tendrás ningún susto y tu viaje no se verá perturbado por ningún incidente.

EXPERIENCIA PERSONAL Y PLANIFICACIÓN
ITINERARIO

En total estuvimos 11 días en las islas Seychelles y este fue el itinerario por días que seguimos:

Día 1: vuelo a Mahé desde Johannesburgo.

○Pasamos la tarde en el alojamiento, disfrutando de las vistas y una cena.

Día 2 - Día 5: viaje en ferry desde Mahé a Praslin. Visitamos diferentes playas y lugares de la isla:

○ Cote d'Or.

○ Playa de Anse Latzio.

○ Playa de Anse Georguette.

○ Anse Volbert Village.

Día 6- Día 10: viaje en ferry desde Praslin a La Digue. Visitamos diferentes playas y lugares de la isla:

○ Playa de Anse Severe.

○ Playa de Anse Source d'Argent.

○ Playa de Grand Anse.

○ Playa de Petite Anse.

Día 11: vuelta en ferry desde La Digue a Mahé y vuelo a Madrid con escala en Doha.

ALOJAMIENTOS

Elegimos los alojamientos con una prioridad común y era la localización con respecto a los lugares de interés, respetando siempre unos mínimos y controlando para que el presupuesto no se fuera de madre.

Mahé: Beau Séjour Hotel. Escogimos este hotel por su cercanía a Victoria y aprovehcar la tarde que teníamos libre. No supimos que estaba tan alejado de Victoria hasta que el taxí nos llevo del aeropuerto hasta el alojamiento por sinuosas carreteras que ascendían durante largo rato por una colina (lo que hacía la ida y vuelta andando a Victoria muy difícil). El alojamiento en sí está muy bien, su personal es amable y dedicado, las habitaciones amplias y limpias, el desayuno buffet muy decente y las vistas preciosas.

Praslin: Acajou Beach Resort. Queríamos tener un alojamiento que fuera tipo luna de miel, es decir, similar a un resort con ciertas comodidades y dentro del presupuesto que llevábamos en mente (básicamente no gastar cantidades obscenas). El hotel está muy bien ambientado, con una bonita decoración isleña, usando edificios bajos y mucha madera. Su personal es muy servicial y profesional. La ubicación es inmejorable, justamente en la playa Cote d'Or, a medio camino tanto de Anse Latzio como de Anse Georguette y con un pueblo en las cercanías para hacer compras o comer en restaurantes. El desayuno buffet continental es inmenso y lleno de posibilidades.

La Digue: Coral Apartments. Desafortunadamente para nosotros, los alojamientos estaban practicamente completos para cuando reservamos aquí por lo que fue una decisión por descarte. Sin embargo los apartamentos eran coquetos y grandes aunque la limpieza no era del todo buena (sábanas sucias, olor en el baño y fregaban con agua sucia lo que hacía que el cuarto oliera bastante regular). El personal encantador y flexible con las gestiones. Está muy bien situado, cerca de todo y con acceso rápido tanto a la carretera que discurre por las playas del oeste como a la que lo hace por el centro de la isla. El desayuno muy bueno aunque algo repetitivo (todos los días era igual).

OPINIÓN PERSONAL

Las islas Seychelles te dejarán sin aliento cuando contemples sus playas. Es un destino tremendamente recomendable para aquellos que soñáis con la tradicional imagen de una isla paradisíaca. Azul turquesa, jungla densa, verde, palmeras allá donde mires y el toque especial que dan las salpicadas rocas de granito. Es un destino perfecto para un viaje corto (de entre diez y catorce días) o como guinda de un viaje largo si te gusta un final de relax al sol y cóctel.

Podrás moverte comodamente, tanto si estás en una isla grande, como Mahé o Praslin, usando un coche de alquiler o el transporte público; como si estás en una pequeña como La Digue, yendo en bici o a pie. Las distancias no son largas y caminar hasta las playas o por ellas te garantiza un paseo agradable envuelto en un clima fabuloso y un ambiente de jungla playera muy agradable.

Sin lugar a dudas La Digue te robará el corazón. Lo paseos en bici por sus senderos hasta la recompensa de una vista única es una sensación que todavía tengo marcada. Es sentir la libertad de poder moverte por donde quieras, y de forma tan sencilla, lo que hace que disfrutes a un nivel especial, la sensación de explorador es casi palpable. Te acompañarán en tus paseos zorros voladores, multitud de aves endémicas y seguramente se cruce en tu camino alguna tortuga gigante, dueñas de la isla, en busca de algún vegetal que comer. Y en el mar, te verás rodeado de bancos de peces de colores que juegan a tu alrededor y algún valiente se acercará lo suficiente (sobre todo si considera que estás demasiado cerca de su hogar).

Siendo el turismo su principal fuente de ingreso tendrás a tu disposición todo tipo de alojamientos, servicios, zonas de hostelería y actividades para realizar. Esta potente infraestructura turísitica te garantiza amplia variedad y disponbilidad. Como contrapartida, al ser la principal fuente de ingresos del país en combinación con el poco terreno del que disponen, los precios son elevados. Y no, no me refiero a una cena en un hotel de cinco estrellas, puedes encontrarte en una playa popular comiendo una hamburguesa con patatas de una calidad bastante mala por un precio que supere al cambio los veinte euros (bebida a parte). Afortunadamente podrás encontrar alternativas para evadir gastos desorbitados aprovechando los diferentes restaurantes de comida local (que suelen ser más baratos), supermercados o lo que incluya el alojamiento que hayas elegido para tu estancia.

Por lo tanto, si vas sabiendo que el precio de todo en general estará un poco por encima de lo que esperas de un país tropical (al contrario que nosotros), nada podrá quitarte la sonrisa durante tu estancia en Seychelles.

RECOMENDACIONES

A continuación me gustaría comentarte una serie de recomendaciones en base a mi experiencia. Cosas que añadir a mi itinerario y cosas que pueden ser prescindibles. Quiero que tengas en cuenta que uses esto como inspiranción y que lo apliques a tu estilo viajero con conciencia pensando en sacarle el máximo jugo a tu disfrute particular y personal.

En cuanto al transporte en las islas de Mahé y Praslin, un coche te dará la libertad de moverte cuándo quieras sin estar atado a los horarios del transporte público o de los elevados precios de los taxis. En nuestro caso, sacrificamos ver varia spuestas de sol o quedarnos sin límite en playas que nos encantaron por el horario del último bus.

Hemos podido comprobar que en cada isla hay dos tipos principales de playas: con corriente y sin corriente. La diferencia radica en que bañarse en las primeras es peligroso y poco recomendable por lo que, a poco que el mat esté alterado ese día, no podrás disfrutar de un buen baño (y olvídate de hacer snorkel). Savlo que madrugar mucho sea tu deporte favorito, no vas a poder ir a playas que estén muy alejadas entre sí el mismo día si quieres aprovecharlas bien por lo que tendrás que elegir. Por lo tanto, evitaría las que tienen corrientes fuertes ya que se disfrutan menos (aunque son igualmente preciosas).

Habrás podido comprobar que el precio base de la comida, alojamiento y actividades en Seychelles nos pilló desprevenidos siendo éste más alto de lo esperado. Entre alojamiento y comida, te gastarás fácilmente de media unos 150€, sin tirar la casa por la ventana. Evidentemente, tu poder adquisitivo va a marcar el máximo de tu presupuesto pero siempre podrás apañártelas para abaratar costes innecesarios siempre que tu itinerario lo permita: uso del transporte público, compra de comida y bebida en supermercados locales, alquiler de bici por varios días seguidos para obtener un mejor precio y evitar excesos innecesarios o excursiones de puro postureo.

Mahé

día 1

Mi llegada a las islas Seychelles la realicé en Mahé, en el aeropuerto internacional. Volaba desde Johannesburgo ya que este itinerario es la segunda parte de mi luna de miel y lo elegimos como destino final y disfrutar de los últimos diez días rodeados de playas y sol

Llegamos por la tarde y volamos con la compañía AirSeychelles. A nuestra llegada nos estaba esperando un taxista que habíamos gestionado previamente con el alojamiento para llevarnos a la guesthouse donde pasaríamos esa noche. Debido a la hora de llegada del vuelo no pudimos enlazar con un ferry tras nuestro aterrizaje por lo que nos vimos obligados a pasar una noche en Mahé. Elegimos nuestro alojamiento en una de las colinas desde la que se tiene una panorámica muy buena de Victoria, la capital, y por su aparente cercanía a ésta. Nuestra intención era poder visitar Victoria una vez realizado el check-in pero desafortunadamente el alojamiento estaba muy elevado y lejano del centro para ir a pie, así que descartamos la idea (en taxi habrían sido otros 40€, descartada también).

Una vez llegamos a la Guest House nos recibió uno de los empleados que fue increíblemente amable y servicial con nosotros haciendo de nuestra llegada un genial primer paso. Nos recomendó lugares para comer y visitar si nos apetecía visitar la ciudad o comer en el alojamiento utilizando un servicio a domicilio que el se encargaba de gestionar. Ésta última fue nuestra elección y así disfrutamos de una cena (nada barata) con unas maravillosas vistas del puerto y la ciudad.

Después de la cena y reorganizar el equipaje, nos acostamos para cargar energías para nuestro viaje en ferry a Praslin al día siguiente.

Praslin

día 2

Aprovechamos el buen descanso durante la noche para levantarnos antes y hacer la maleta antes de desayunar. Dejamos todo preparado y tras un buen desayuno buffet cogemos las maletas y nos dirigimos al puerto para coger el ferry que nos llevará a Praslin. Nos desplazamos en taxi, cogido directamente con un conocido de los propios empleados de la guesthouse y que andaba por allí en ese momento (nos cobró la mitad que el que utilizamos el día anterior para llegar hasta el alojamiento).

Una vez en el puerto buscamos el mostrador de Cat Cocos, la empresa con la que tenemos comprado el billete para el ferry y rapidamente la encontramos al ver una larga cola que se extiende alrededor del edificio principal. Haciendo gala de la experiencia con el turismo, rápidamente nos van despachando tras facturar los equipajes de mayor volumen y ya sólo queda esperar para subir a bordo.

Confesaré que no soy un gran fan de los parques de atracciones y sobre todo de aquellas atracciones en las que se dan muchos giros o vueltas y en este viaje en ferry pude reconfirmarlo. Una vez que el ferry salió de puerto el ligero oleaje comenzó a zarandear la embarcación y, aunque al principio no parecía marear mucho, el continuo vaivén de las olas acabó por derrotarme. Siendo de los afortunados, solamente me llevé de recuerdo un mareo de sudores fríos y dolor de cabeza al contrario que la mayoría de la tripulación restante que andaban corriendo pidiendo bolsas.

Una vez llegamos a puerto y tenía el cuerpo recompuesto y las energías a buen nivel pedimos un taxi para llegar hasta nuestro alojamiento por un precio nada razonable pero mi cuerpo quería huir de todo lo que tuviera que ver con un puerto en ese instante. Y así llegamos a Acajou Beach Resort. La atención a nuestra llegada fue exquisita: nos dieron un cóctel de bienvenida, nos explicaron todo lo que había disponible en sus instalaciones y en nuestra habitación y mientras nos habían llevado el equipaje sin darnos cuenta. Una vez nos llevaron a nuestra habitación, deshicimos el equipaje rapidísimamente y nos fuimos a la playa que se accedía desde el propio hotel a disfrutar de la playa de Cote D'Or.

Foto itinerario
Foto itinerario

La primera impresión es alucinante. Una extensa playa se expande a derecha e izquierda, toda ella abrazada por un verde radiante y bañada a su vez por un agua de un azul turquesa precioso. Para ser la primera toma de contacto no nos ha defraudado en absoluto. Un bañito de iniciación es lo primero que hago nada más dejar las cosas en una de las tumbonas del propio hotel y me quedo nuevo. La temperatura del agua es perfecta, refresca sin estar fría y resulta super agradable sin estar caliente. Podría quedarme literalmente dormido flotando a la deriva.

Mi estómago me está pidiendo un refill, y no me extraña después del consumo extremo de energía que he realizado aguantando el bamboleo del ferry, por lo que hacemos parada de nuestro momento playero y vamos a comer. Para no perder mucho tiempo vamos al restaurante del hotel. Nos quedamos bien a gusto pero empezamos a ver lo que no esperábamos y es el elevado precio de las cosas en Seychelles. A pesar de ello, disfrutamos mucho de una comida a escasos diez metros del mar y con la compañía de un pequeño fodi rojo que se posa varias veces en la mesa para que compartamos un poco con él.

Pagada la cuenta volvemos a la playa y allí continuamos aprovechando el día de nuestra llegada, disfrutando del sol, del mar, de la brisa marina y de las fabulosas vistas hasta que practicamente se pone el sol.

Foto itinerario
Foto itinerario

Antes de volver a la habitación nos avisan los empleados del hotel que por la noche y previo a la cena, el manager organiza un catering en la zona de la piscina y que están todos los clientes invitados por lo que vamos a la habitación, cambiamos del modo playa al modo cena y tras descansar un rato vamos a ver que se cuece en el evento.

Sorprendemente hemos asistido bastantes clientes y el cóctel está genial, con comida variada local y un par de bebidas a elegir. A su vez una banda de música étnica ameniza la velada con canciones y bailes populares. Lo mejor está por llegar ya que tras un descanso de la banda comienzan a tocar música más animada y todos los huéspedes somos víctimas del ritmo y los bailarines que nos sacan a bailar con ellos hasta que todos los invitados estamos intentando seguir los pasos. Las risas que nos echamos todos fueron geniales y el ambiente que respiraba era de alegría, vergüenza consumida y puro relax.

Una vez terminado el baile vamos a por la cena, que la realizamos en el restaurante del hotel. De nuevo con un precio sorprendente pero nos quedamos muy satisfechos. Una vez terminamos de cenar, vamos de nuevo a la playa que nos recibió por la mañana y damos un paseo a la luz de la luna. Ahora que es de noche los pequeños cangrejos han salido de su madriguera y la playa está plagada de ellos, grandes, medianos, pequeños, minúsculos, los hay de todos los tamaños; y corren a guarecerse en cuanto notan la presencia humana demasiado cerca. Ahora toca ir a descansar y recargar pilas para mañana.

día 3

Hoy vamos a visitar Anze Latzio, la playa más famosa de Praslin así que nos hemos levantado con muchas ganas de disfrutar del día que tenemos por delante. Desayunamos en el hotel, un buffet muy generoso (e incluido con el alojamiento) que nos ayuda a llenar la tripa de mucha energía. Vuelta a la habitación, preparamos las mochilas para pasar todo el día fuera y salimos a la calle.

Nuestro alojamiento está situado en mitad de una carretera y a unos diez minutos andando del pueblo más próximo. Debemos dirigirnos hacia allí, hacia el pueblo, ya que es donde debemos buscar una tienda para comprar un billete y usar el bus público (en los hoteles pueden ofrecerte gratuitamente una tarjeta pero en nuestro caso llegamos tarde y ya se habían agotado). En una tienda de souvenirs encontramos lo que buscamos y optamos por comprar la tarjeta para turistas válida para cuatro días (existe también una tarjeta por día pero en nuestro caso nos salía mejor coger la de cuatro días a pesar de que solamente fueramos a usarla durante tres). El bus local sigue una ruta sencilla ya que la carretera principal de la isla tiene forma de "U" por lo que el sentido que escojas será el que más rápido te lleve hacia el extremo de la "U" más cercano a tu destino. En nuestro caso tocaba coger el que ascendía hacia el tramo superior derecho (en este caso la última parada es la más cercana a Anse Latzio así que no tenía pérdida).

Buscamos la parada más cercana al pueblo, siguiendo el sentido de la carretera hacia nuestro destino y la encontramos rápidamente. Unas letras en color blanco pintadas en el suelo formando la palabra BUS nos indicaban que era la parada y tras esperar unos diez minutos, llegó el bus local y nos montamos en él. El bus no es nada del otro mundo pero tampoco es incómodo por lo que el viaje se hizo ameno, entretenido gracias a las vistas de la isla y rápido (sobre todo esto último porque el conductor le pisaba que no veas).

Llegamos a la última parada y empezamos a andar en dirección a la playa. Tras una pequeña caminata, con un ascenso y un descenso más que asumibles a poco que se tenga un poco de forma (pero la sudada es inevitable) llegamos a la playa más famosa de Praslin.

Foto itinerario
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Era la primera toma de contacto con el prototipo de playa en Seychelles y superó todas nuestras espectativas. Yo siempre he sido de la opinión de que sí, todas las playas independientemente del país son bonitas, preciosas y exóticas pero, en definitiva, no dejan de ser playas de un color tropical llenas de palmeras. Pues bien, este primer impacto directo al hígado de mi opinión sobre las playas fue de KO y ésta quedó noqueada.

Me fascinó la forma de las playas conformando pequeñas bahías, sazonadas con las rocas de granito y envueltas por el agua. La vegetación se avalanzaba sobre el mar respetando un generoso pedazo de arena insultantemente blanca a la que daba sombra. La jungla era espesa, frondosa y plagada de diferentes tipos de árboles, palmeras y arbustos. Caminar a través de ella para cambiar de tramo de playa era como estar en una novela de aventuras.

Me sorprendió mucho, y para bien, que no estuviera masificada y que con caminar unos cien metros, alejándote de la entrada, estuviera practicamente solo durante todo el día. Un extraordinario punto a favor para ser la playa más visitada de Praslin. El día se pasó volando entre baños, sesiones de bronceado, fotografías y snorkel cuando la marea lo permitía (es increíble la diferencia que hay entre marea alta y baja).

Foto itinerario
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El hambre estaba llamando a la puerta por lo que decidimos acercarnos a un restaurante que había cerca llamado Le Chevalier Bay Restaurant y comimos regular y bastante caro. En mi opinión, no merece la pena y recomendaría llevar comida en la misma mochila o probar el otro restaurante de la zona llamado Mabuya Beach Restaurant (tenía mucho mejor pinta pero puede que los precios sean incluso superiores). Una vez terminada la comida y pagada la cuenta con triste asombro nos disponemos a realizar la vuelta al hotel.

Esperamos nuevamente en la parada del bus unos pocos minutos, ya que el servicio tiene una buena cadencia, y nos subimos cuando llegó el bus. El servicio de autobuses local es bastante decente. Es verdad que algunos conductores van a una velocidad sorprendente para el tipo de carretera y las curvas por las que circulan pero al final te acabas haciendo al trayecto, sobre todo porque los propios locales están tranquilos y eso da confianza (...¿no?). Estamos atentos para bajarnos en nuestra parada y dando un paseíto, ya casi de noche, llegamos al hotel.

Nuevamente, como cada tarde después de horas de playa, nos damos una ducha caliente y nos ponemos ropa limpia antes de ir a cotillear que ocurre de noche en Praslin. Esta mañana, mientras íbamos hacia la parada del autobús, vimos un restaurante que servía comida local y fue el elegido para ser nuestro lugar para cenar hoy. La Goulue es un local coqueto, con una amplia terraza cubierta, en la que cenar se nos hizo super relajante, aprovechando la buena temperatura y el buen servicio de su personal. Pedimos un par de platos de comida criolla y estaban buenísimos. También he de decir que los platos eran copiosos y, si a esto le sumamos que el precio fue muy correcto, podemos afirmar que esta fue la mejor cena hasta la fecha sin lugar a dudas. Con la vuelta al hotel poníamos fin al día 3.

día 4

El plan para hoy es muy similar al de ayer salvo por la playa que vamos a visitar: hoy vamos a Anse Georguette. Esta playa es la siguiente más famosa y recomendada en Praslin y se encuentra muy cerca de Anse Latzio pero con una gran diferencia y es que para llegar a ella hay que ir hasta el otro extremo de la línea de autobús. Así que cuando hemos desayunado y preparado las mochilas vamos al lugar donde cogimos el bus el día anterior pero en la parada que nos lleva en sentido contrario. En este caso, el bus da un pequeño rodeo por el puerto antes de internarse en la isla para continuar hacia el final de la línea así que no te asustes si piensas que te has equivocado (para cualquier duda siempre puedes preguntar al conductor que te la resolverá con una sonrisa). Tras unos 25 minutos, alguna que otra curva y una conducción al más puro estilo GTA llegamos a la última parada.

Algo muy importante a tener en cuenta para llegar a Anse Georguette es que se debe atravesar un Golf Resort llamado Constance Lemuria. Tienen un control de aforo diario por lo que debes ponerte en contacto con ellos con antelación. Nosotros lo hicimos el día anterior, hablando con la recepción de nuestro hotel para pedirles que llamaran y comprobasen que había disponibilidad para entrar al día siguiente. Así que con las gestiones bien hechas, llegamos a la entrada del recinto y allí los guardias de seguridad te piden una serie de datos, comprueban que pediste el acceso y te dejan pasar sin ningún tipo de problema.

Para llegar a la playa hay que atravesar los jardines del hotel, así como varios hoyos de golf. No te preocupes, hay indicaciones a la vista para llegar fácilmente a la playa y usarás el camino por el que los buggies se desplazan a lo largo del campo de golf. Hay un par de subidas y un par de bajadas que, al igual que para llegar a Anse Latzio, no te requerirán demasiado esfuerzo. De nuevo la recompensa merece la pena. Anse Georguette es una playa más extensa tanto a lo largo como a lo ancho (si la comparamos con Anse Latzio), con un oleaje más bravo pero nada que temer. Igualmente las bellas rocas de granito están presentes, flanqueando ambos extremos y esta vez la vegetación es algo más tímida y deja mucho más espacio a la playa que conserva su precioso color pálido.

Foto itinerario
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En esta playa no hay restaurante, solamente un bar que vende bebidas variadas, por lo que no hay necesidad de moverse hasta que haya que volver al autobús antes del último pase. Haciendo uso de unos snacks que llevábamos con nosotros, previa compra en el súper, pasamos el resto del día solamente preocupándonos de las olas, la marea, el sonido del mar chocando consigo mismo, el graznar y piar de las diferentes aves y contemplar e inmortalizar toda la belleza que nos regala Anse Georguette.

Al igual que en Anse Latzio, no hay mucha gente en la playa. A pesar de ser grande y haber turistas, en ningún momento tuvimos la sensación de estar rodeados, ni de que hubiera masificación alguna. Fue un gusto poder comaprtir la playa de esta manera e hizo que la experiencia fuese aún más inolvidable. Como detalle especial en esta playa podrás ver nidos de tortugas marinas, aunque sean unos "simples" montones de arena. Le da un toque especial extra a esta playa tan bonita.

Pasadas las cinco de la tarde y tras unas casi cinco horas de playa, levantamos el campamento y caminamos de vuelta hacia la parada del autobús dejando atrás a Anse Georguette pero llevándonos con nosotros todo lo vivido durante el día.

Foto itinerario
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Siendo hora punta, el autobús se fue llenando poco a poco. Sorprende ver a las madres que iban con dos o tres criaturas, sentadas en ese bus que corría como si fuera un fórmula uno. El niño sube, el otro llora, la otra se baja de su asiento. Menuda maña tenían para controlar y gestionar a sus diablillos. A pesar de que el autobús se llenó, la rotación de gente era rápida y las paradas en lugar importantes generaba un buen flujo de gente así que lo anotamos como experiencia bonus ya que fue bastante interesante estar inmersos durante unos minutos en una situación puramente local.

Rutina pre-cena de descanso, ducha y ropa limpia hecha, salimos a cenar. Para hoy habíamos estado buscando algún lugar similar como al del día anterior, cercano y con comida local pero no encontramos nada que nos cuadrase así que vimos un restaurante en un hotel cercano, con buena pinta, y allá que fuimos. De nuevo un paseíto nocturno hasta el pueblo para hacer hambre. Es cierto que hay zonas que no están iluminadas y el trayecto desde el hotel hasta el pueblo se hace andando prácticamente por la carretera pero no os preocupéis, los coches no circulan excesivamente rápido, van con cuidado y con ayuda de una linterna (vale la de tu smartphone) se te verá bastante bien.

Llegamos al lugar, cuya entrada se hace a través de una especie de callejón decorado con grafitis con motivos marítimos y flipamos. El hotel es bastante nuevo y se nota por la decoración y tipo de construcción actuales pero manteniendo una línea acorde a la isla. El personal es super amable y servicial, haciendo gala de los valores de la isla, y hacen que nuestra llegada sea súper placentera. El hotel en cuestión es Les Lauriers Eco Hotel y durante la cena nos dimos cuenta que era una de nuestras primeras opciones para alojarnos hasta que nos quedamos sin habitación para las fechas que íbamos. Una pena porque la pintaza que tienes es espectacular. La cena sigue el mismo camino y, aunque algo cara, la comida está muy buena. Cierre genial para otro día genial.

día 5

Planificando del viaje, y durante éste, estuvimos leyendo otros blogs sobre Seychelles y las diferentes playas y lugares pra visitar. Como íbamos a estar solamente 3 días completos en Praslin decidimos quedarnos con sus tres playas principales como lugares para aprovechar el tiemp por lo que hoy tocaba la Cote D'Or. Estando alojados en esta misma playa, sólo tuvimos que desayunar en el hotel y coger la cámara para estar listos para nuestro paseo. Comenzamos yendo hacia el sureste, hasta donde terminase la playa. De camino vimos de nuevo muchos cangrejos, estos más madrugadores que los de hace dos días y también un par de pequeñas rayas que nadaban junto a la orilla en paralelo a nosotros. Era la primera vez que veíamos una durante el viaje. Con tan solo un pequeño movimiento de sus aletas se movían grácil y rápidamente a lo largo de la playa.

Como a mitad de camino vimos un pequeño islote a unos 70 metros de la orilla y nos pareció ver gente por los peñascos de dicho islote, así que empezamos a ojear en busca del medio de transporte que habían usado para llegar hasta allí. Al no ver ningún barco supusimos que se podía llegar andando y decidimos probar suerte. En efecto, un banco de arena y la marea baja hacían posible caminar mar adentro sin tan si quiera mojarse las rodillas. Siendo sinceros, el islote no eran más que unas cuantas piedras y arena, no tenía nada impresionante pero si que era curiosa la sensación de haber llegado hasta ahí andando y poder mirar alrededor y ver que estabas en mitad del mar. Además, daba una buena perspectiva para hacer fotos de la playa desde el propio mar y sin tener que coger un barco.

Volvimos a la playa y continuamos nuestro camino hasta llegar al final transitable de este extremo. No había mucho más que ver. Nos gustó un bar con aspecto tribal totémico que desafortunadamente estaba vacío (beber un smoothie en ese momento habría estado genial) y cerca había un cangrejo bien grande que se ocultaba bajo una roca, aunque con esa pinza del tamaño de una mano humana adulta no tenía mucho de que temer. Dimos la vuelta y volvimos al hotel para darnos un buen baño en la playa y sofocar el calor acumulado por el paseo bajo el sol.

Foto itinerario
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Ahora viene uno de esos bonitos momentos para recordar de un viaje o de la vida misma. Estábamos disfrutando relajados bajo nuestra sombrilla de un momento de lectura, recién refrescados por el agua del Índico, cuando poco a poco el sol empezó a desaparecer. Y no solamente se fue, si no que lo sustituyeron unas nubes negras que amanezaban lluvia. La amenaza se transformó en hecho y comenzó a llover torrencialmente, incluso nos mojábamos bajo la sombrilla a pesar de estar ya casi fusionados con el poste. Sin embargo, estando ya mojados por el agua del mar ¿qué más da un poco más de agua? Así que fuimos a mezclar agua de lluvia, con agua de mar, con nosotros. Fue una auténtica goazada darse un baño bajo la lluvia. Abrazados, dentro del agua y sitiendo la lluvia en la cara.

Volvió el sol y volvió el momento relajante de lectura y así continuamos toda la tarde alternándolo con algún que otro baño. Antes de que se hiciera de noche, volvimos a la habitación para preparar la maleta ya que al día siguiente nos movíamos de isla para ir a La Digue. Una vez saciados los TOCs que causa una habitación terriblemente desordenada, fuimos a cenar.

Foto itinerario
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Para la cena, no nos hizo falta movernos del hotel ya que el día anterior, mientras volvíamos de Anse Georguette, pasamos por un super cercano y compramos un poco de comida (nada glamuroso: un par de snacks, pan y embutido) para montarnos una cena íntima. Esta compra la regamos con la botella de champagne que nos dieron como bienvenida y con una velita encendida nos montamos una cena insuperable (rozamos la estrella Michelín). Con todos los recuerdos de Praslin aún reposando nos acostamos nerviosos pensando que mañana surcaríamos de nuevo el mar hacia La Digue (y yo rezando para que el trayecto fuera menos movidito).

La Digue

día 6

Amanecemos en nuestro último día en Praslin y desayunamos en el hotel tranquilamente antes de coger el ferry hacia La Digue. Tenemos que estar en el puerto media hora antes de que zarpe, así que gestionamos un taxi con el hotel para evitar cualquier retraso con el autobús y a las 09:00 estamos ya listos y esperando en la cola. El trayecto es corto, de 15 minutos y el ferry lo hace sin percance alguno; y mi cuerpo entero, de pies a cabeza, lo agradece enormemente.

La Digue es una isla pequeña, puedes hacerla de extremo a extremo en bici en unas 3 horas fácilmente. No hay coches a excepción de algún buggy y vehículos para realizar obras y la mejor manera para moverse es en bici. Antes de alquilar una, fuimos andando a nuestro alojamiento, ya que estaba a poco más de 5 minutos, llamado Coral Apartments. El alojamiento está formado por una serie de apartamentos situados en una pequeña parcela y regentado por un par de personas. Como apartamentos que son, la estancia consta de un dormitorio/comedor/cocina y un baño, todo ello en una estancia bastante amplia por lo que no sentirás agobio en ningún momento. De nuevo nos reciben estupenda y amablemente y nos ayudan para instalarnos y dan algunas recomendaciones sobre la isla.

Una vez acomodados vamos a por lo más esencial que debes tener en la Digue y es una bici. Para alquilar una bici puedes hacerlo directamente con tu alojamiento o preguntando en uno de los tres negocios que hay en la calle principal cerca del puerto. Nosotros lo hicimos en una de esas tiendas, alquilando la bici por 3 días enteros y negociando un pequeño descuento por hacerlo a varios días. Las condiciones son sencillas: que no te roben la bici (que dudo que ocurra alguna vez por la cantidad que hay) y que la entregues el día acordado antes de las 18:00. Fácil y sencillo, salimos de allí rodando con nuestras bicis.

Foto itinerario
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Como eran ya casi las 12, fuimos a dar un paseo para ver qué tal rodaban y ver la parte interna de La Digue. Estuvimos deambulando por carreteras que se adentraban en diferentes parcelas, fincas y alojamientos. Es sorprendente lo densa que llega a ser la jungla en cuanto tiene oportunidad, en muchas ocasiones el Sol no llegó a tocarnos de la cantidad de árboles que había. En nuestro recorrido vimos muchos pájaros, algún animal de granja con destino incierto y muchos locales a los que saludábamos alegremente. Para comer teníamos fichadísimo uno de los lugares más recomendados de todo La Digue donde ofrecen comida local , a un precio buenísimo. El sitio en cuestión es Rey & Josh Cafe Takeaway y la experiencia no defrauda en absoluto, es más, comimos allí otro día más de lo que nos encantó. El personal es genial, amable, educado, con sentido del humor y apasionados por darte de comer. De entre los 6 platos que sirven, hay tres que son fijos para cada día y el resto varían según disponibilidad y suelen ser currys, con arroz, salteados o guisos. Están verdaderamente buenos y el precio es insuperable. Te quedas con la tripa bien llena y saciada.

Después de bebernos un litro de agua cada uno para recuperar los líquidos pérdidos durante la rutilla, nos ponemos en marcha hacia el apartamento para descansar unos breves minutos antes de ir a ver el atardecer a una de las playas más recomendadas para hacerlo. Situada en la parte norte de la isla se encuentra Anse Severe, una playa estrecha pero extensa y popular, no sólo por las puestas de sol, sino también por los peces que se pueden ver haciendo snorkel.

Dado que nuestro alojamiento está en la parte central de la isla, recorremos por la carretera la mitad de ésta y tenemos la oportunidad de ver la vida de La Digue en su zona más concurrida: vemos el ajetreo del puerto, de las tiendas, de algunos bares y restaurantes y un cementerio local muy bonito, lleno de flores coloridas, haciendo contraste con la lugubridad que encierra el lugar, y las lápidas blancas, en su mayoría ya ennegrecidas por el paso del tiempo .

Foto itinerario
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Llegamos a Anse Severe poco antes del atardecer, con el Sol ya cayendo sin control. Elegimos un bar de cócteles llamado Bikini Bottom que tenía una barra inmensa y un montón de mesas, todo de madera de estilo playero, y cuya carta de bebidas es gigante. Siendo difícil elegir, nos decantamos por un par de smoothies y buscamos un par de asientos que estén orientados a la playa para poder esperar cómodamente mientras vemos como el día va restando minutos.

La puesta de sol desde Anse Severe no es "limpia" pues está Praslin en medio pero eso no hace más que sumarle belleza. Ver el Sol ocultándose lentamente detrás de Praslin, haciendo un juego de luces con sus colinas y dejando estelas entre ellas es un verdadero espectáculo. Que por desgracia no pudimos ver hoy ya que cuando estaba luciendo un naranja precioso, unas nubes comenzaron a aparecer y, a pesar de haber llegado con buena velocidad, al llegar a Praslin les debió de gustar porque se pararon en seco bloqueando toda la luz y encapotando el cielo. Resultado final: una puesta de Sol sólo en tiempo pero no en espacio. Aún así, estar en una playa como esa, relajados, disfrutando de los sonidos y del ambiente no está pagado. Puede que como favor o compensación a no poder ver la puesta un par de tortugas terrestres gigantes acudieron al bar y pudimos verlas a escasos centímetros. Eran realmente enormes y suponemos que deambulan por la isla de manera totalmente libre. Estaban con el mismo estado de ánimo que nosotros, tranquilas, relajadas y en lugar de un smoothie tenían hierba en la boca (aunque con un aspecto algo más tétrico que nosotros).

Foto itinerario
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De paso a nuestra vuelta, paramos en un supermercado cercano al alojamiento para comprar algo para una cena ligera (ya que todavía notamos el curry en el estómago) y nos quedamos en el apartamento hasta que el sueño nos vence y damos por terminado el día.

día 7

Menudo desayunito nos han preparado en el alojamiento, bien completo con todos los nutrientes necesarios para el día de hoy. Según nuestra planificación hoy visitamos Anse Source d'Argent, supuestamente es la playa más fotografiada del mundo. Debo admitir que no me gusta dejarme llevar por títulos de este tipo (así como tampoco "los 10 mejores lugares...") porque, aunque es cierto que en general habrá un núcleo de todas estas recomendaciones que nos gusten a todos, prefiero siempre leer e investigar todo lo posible y establer mi top10 para visitar según lo que me vaya llamando la atención. Por ello, aunque confío en que un 50% de las expectativas serán cubiertas prefiero que mi emoción e ilusión por la visita radique más en lo que creo que veré que en un eslogan.

Ponemos rumbo a la playa una vez que hemos terminado el desayuno, preparado mochilas y cámara equipada por la carretera de la costa nuevamente pero esta vez en sentido opuesto. Vamos hacia el sur de La Digue. Desde nuestro apartamento la actividad es algo menor debido a que hay menos comercios turísticos pero aún así el movimiento local se deja ver. Gente yendo a trabajar, familias jugando en la playa y una iglesia. Hemos tenido la suerte de pasar por ella justo en domingo y se pueden oir desde fuera los cánticos y salmos de los feligreses que dentro profesan su fé.

Continuamos nuestro camino hacia el sur, por la carretera principal, no tiene pérdida hasta llegar a la entrada de L’Union Estate Farm. Es una antigua plantación de cocos y azúcar que aún conserva parte de estos cultivos y adicionalmente ofrece visitas, una mini reserva de tortugas terrestres y un control de la entrada a Anse Soure d'Argent a golpe de billete. No se puede desperdiciar la oportunidad de sacar un beneficio por tener el acceso en tu propiedad a la playa más fotografiada del mundo. Pagamos la entrada y nos ponemos el brazalete de papel que te entregan (hay que llevarlo puesto sí o sí).

La entrada dura para todo el día por lo que te recomiendo encarecidamente un plan y es que vayas pronto por la mañana, disfrutes tranquilamente hasta la hora de comer, vuelvas a tu alojamiento para refrescarte con una buena ducha de agua dulce, te pongas "pal postureo" y vuelvas con un par de Seybrews en mano para disfrutar del atardecer hasta que se ponga el sol.

Foto itinerario
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Comenzamos a pedalear por la plantación cuyos senderos son de tierra y hay algún que otro hoyo (ojito que te quedas sin rabadilla), observando las diferentes plantaciones que aún siguen en activo, o eso es lo que parece ya que hay varios trabajadores recogiendo cocos o cortando las cañas de azúcar. Ahora parece un trabajo tranquilo pero duro, aunque nada comparado con lo que debió ser un par de siglos atrás. Pasamos cerca de la mini reserva de tortugas y paramos un segundo a saludar. Evidentemente pasan de nosotros con la parsimonia y apatía que caracteriza a este lento reptil.

Llegamos al final del camino tras seguir todas las señales que te van dirigiendo paso a paso hacia la playa y dejamos las bicis aparcadas en un improvisado parking. Hay bastantes bicicletas, aparentemente demasiadas pero, habiendo tenido la experiencia previa en Praslin de que la masificación es mucho menor de la esperada a pesar de las apariencias en los lugares más populares, no tenemos miedo y confiamos en que Anse Source d'Argent nos dé de nuevo una sorpresa.

Caminando atravesamos una playa, por su orilla, bajo la frondosa arboleda hasta que llegamos a un pequeño sendero flanqueado por rocas y palmeras. Va girando hacia la izquierda y a la derecha, haciendo recovecos e impidiendo ver el final. Llegamos a un claro, donde hay una pequeña laguna de fondo oscuro y misterioso y alrededor solamente se ven palmeras, árboles y más vegetación. Es como si el propio lugar te fuera preparando poco a poco, tensando un poquito más la ilusión. Hasta que finalmente, el sendero enfila recto, ya se ve algo de cielo y mar entre algunas rocas y por fin llegas.

Foto itinerario
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Verdaderamente increíble. Es como si fuese la proporción aurea de las playas. Es casi ídilica tanto por su forma, como por su jungla, como por su agua, como por su arena. Me dejó muy loco. Superando la sensación que tuve en Anse Latzio me reiteré en mi cambio de opinión sobre las playas. Aquí la estética seychelliana está elevada a otro nivel, todo encaja, todo cuadra y todo asombra. Las rocas de granito que habitan la playa son variadas en forma, tamaño y hasta en colores, y conforman un paisaje único en el mundo. La playa repite el 10 en arena y el agua está llena de peces desde la propia orilla hasta el final de la barrera de coral que se encuentra a casi 200 metros. Podrás disfrutar a muchos niveles.

Y se cumple la recepción de la sorpresa y de nuevo la cantidad de gente no es mucha, sobre todo si te vas alejando más y más de la entrada (pero cuidado que hay una parte en la que si cruzas y quieres volver en marea alta tendrás que mojarte hasta la cintura si mides 1 metro 80). En el agua podrás practicamente llegar al final de la barrera andando porque cubre bastante poco y con marea baja practicamente no puedes darte un baño a no ser que estés sentado.

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Después de un fabuloso día lleno de emociones, fotos, sesiones de snorkel y reposo horizontal, volvemos a nuestro apartamento desandando primero el camino a través del sendero y finalmente la ruta en bici por la carretera principal disfrutando del atardecer.

Como estamos en una isla no hay que perder la oportunidad de ver una puesta de sol diaria y ese es nuestro plan para esta tarde. Después de una buena ducha relajante, ropa limpia y descanso en cama salimos a buscar el lugar adecuado y esperando tener más suerte que ayer. Volvemos a coger la carretera que va hacia el sur y decidimos investigar por un sendero que queda nada más pasar el restaurante Le Repaire y que da a la playa justo en frente de La Digue Island Lodge. No tiene pérdida, ya que nada más aparcar las bicis en la entrada del sendero, solamente hay que andar unos 20 metros hasta la playa. Fundamental llevar protector anti mosquitos por todo el cuerpo, ya que cuando estuvimos intentaban picarnos sin parar (debe ser que en esta zona hay algo de agua residual y había cientos). Tras alejarnos un poco de la entrada a la playa por el sendero, nos sentamos en la orilla a disfrutar del solecito de la tarde y presenciar su descenso.

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Una vez terminada la puesta de sol fuimos a cenar a un sitio chulísimo que vimos cuando fuimos el día anterior a Anse Severe. El restaurante Natural Bar and Grill tiene una decoración en madera súper llamativa, playera (casi tribal) que invita a entrar según pasas por delante. Cada mesa es diferente y está todo decorado con piezas de madera y artículos decorativos marítimos. Están especializados en carne a la barbacoa siendo su menú de precio fijo ofreciéndote una serie de acompañamientos y tres carnes a elegir y el postre viene incluido. Mi opinión es que no merece la pena en absoluto ya que tardan una barbaridad en atenderte y servirte (más de 40 minutos a nosotros), las carnes no están tan buenas como deberían, el pago con tarjeta tiene un recargo (no admiten tarjetas internacionales tipo Revolut) y el precio es muy elevado. Una pena porque podría ser un auténtico éxito.

Sin dejar que el fiasco de la cena nos arruine el día, volvemos contentos por todo lo vivido hoy a nuestro alojamiento para descansar y esperando un nuevo día repleto de aventuras y emociones.

día 8

Recibimos el nuevo día con otro fantástico y copioso desayuno. Hoy vamos a ir a las playas del sureste de la isla: Grand Anse, Petit Anse y Anse Coco. Según habíamos podido leer, son playas más grandes y extensas, con un oleaje más agresivo pero igualmente bonitas que el resto.

Comenzamos a pedalear esta vez hacia el interior de la isla ya que debemos cruzarla hacia la cara este y desciendo hacia el sur. El interior no tiene nada que envidiar a la costa ya que los bosques, las casitas que salpican las colinas o se asoman timidamente a nuestro paso, no dejan que perdamos la sensación tan buena que nos provoca Seychelles.

A partir de un punto, empezamos a pedalear cuesta abajo. Fue una bajada larga y disfrutona, por una carretera en mitad de la jungla y claro, todo lo que baja... sube y eso lo confirmaríamos a la vuelta. Una vez terminada la bajada llegamos a una especia de parking donde dejamos las bicis y comenzamos a andar.

Nuestra primera intención era ir playa por playa hasta llegar a Anse Coco (la última) y ver donde establecer el campamento base para el resto del día (nuestra idea era hacerlo en la que más nos gustase). Así que fuimos caminando y viendo cada una de ellas. Para llegar a Petit Anse desde Grand Anse hay que ir por un sendero que se interna un poco en la jungla y se eleva al mismo tiempo. Un par de rocas bien puestas hacen que subir y bajar sea cosa de 15 minutos máximo, no es difícil pero hay que ir con cuidado. Cuando lo conseguimos y llegamos a Petit Anse algo ocurre y es que nuestro cuerpo nos advierte de algo. Cansancio puro. El trayecto en bici entre sol y sombra, más la pequeña ruta de senderismo, y todo ello rodeado de una humedaad alta, nos ha dejado algo KO por lo que paramos y nos quedamos en Petit Anse.

Foto itinerario
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La playa es espectacular, ancha, larga y con un aspecto más salvaje. El mar está hoy bastante bravo y se nota porque no dejan de llegar olas constantemente. El baño es algo complicado ya que en cuanto te metes hasta la cintura tanto las inncesantes olas como la corriente que te chupa para mar adentro te hacen sentir incómodo e inestable. Hoy va a estar complicado disfrutar del mar.

Así que toca toalla y libro que se hace de lo más gustoso ya que el sol nos da una buena tregua y las nubes se encargan de dar descanso a nuestra piel y quitarnos un poco el calor sofocante. Viendo que el día no mejora, y que el oleaje, las nubes y el viento aumentan decidimos volver a la bici antes de comer. Dejando atrás el bonito sendero natural, llegamos a las bicis y nos ponemos frente a frente con la terrible cuesta que bajamos entre risas horas antes.

Se hace duro pero alternando entre subir a base de pedaleos o empujones a pie lo conseguimos en seguida con una no muy grata sudadita de regalo, pero así es el ambiente tropical. Hay que intentar disfrutarlo de todas las formas posibles.

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Llegamos al alojamiento exhaustos, reventados, con ganas de dormir hasta el día siguiente por lo que dejamos que nos atrape una corta siesta para recuperarnos del susto. Para terminar el día damos un pequeño paseo por los alrededores, buscando algún souvenir que llevarnos para regalar y como recuerdo para nosotros. y aprovechamos también para comprar la cena en un supermercado de comida italiana llamado Mamma Mia Deli. Con unos embutidos, algo de aperitivo y agua nos montamos una cena austera pero reconfortante antes de irnos a dormir para terminar de recuperarnos del desgaste físico del día.

día 9

Durante estos días nos hemos hecho una idea de los tipos de playas que tiene La Digue, dónde comer y que ver por lo que la decisión sobre que vamos a hacer hoy la tomamos tremendamente rápido: volvemos a pasar el día a Anse Source d'Argent. Hay poco que contar sobre este día, ya que el plan lo repetimos de la misma manera, con el mismo itinerario, con la misma llegada y misma salida. Variamos el lugar donde nos quedamos en la playa, que en este caso escogimos uno más pegado a la entrada. Y repetimos también en disfrutar de este único y maravillos lugar.

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En ocasiones nos obsesionamos con visitar todos los lugares posibles y en el menor tiempo posible, lo que a mi parecer puede llegar a estropear la experiencia de viajar. Saturarnos de estrés, de frenetismo coleccionista e intentar concentrar mucho espacio en poco tiempo, solo puedo llevar a conseguir agobio y frustración que harán que disfrutes y te emociones menos. Por eso, repetir una experiencia que te haya gustado sacrificando visitar lugares que no te llamen demasiado la atención puede ser una buenísima opción.

Yo soy de los que pone todo sobre la mesa e intenta encajarlo en el itinerario disponible pero a poco que avanzas o intentas cuadrar las piezas se hace difícil y en ocasiones imposible. Seguramente haya eventos que no puedas controlar, como mal tiempo, retrasos, cancelaciones o aforo completo, así que déjate espacio para poder elegir, cambiar y adaptar tu itinerario y plan en base a lo que vas disfrutando y conociendo, ya que en muchas ocasiones descubrirás algo que no te imaginabas sentir o vivir cuando comenzabas el plan leyendo textos y mirando fotos.

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Una vez que es casi de noche y tras un largo y fantástico día disfrutando nuevamente de Anse Sourde d'ARgent volvemos al alojamiento, previo paso por nuestro supermercado de prodcutos italianos de confianza, y repetimos una cena tranquila en el alojamiento.

día 10

Amanecemos todavía con resaca emocional del buen día que tuvimos ayer en Anse Source d'Argent. El sol brilla desde bien temprano lo que anticipa que será un día de playa genial. Ayer, mientras volvíamos a casa, vimos un cartel en el que se mostraban diferentes puntos importantes de La Digue con descripciones de estos lugares como corrientes peligrosas, buen snorkel, buena puesta de Sol, etc. así que nos dejamos guiar por este cartel y nuestras ganas de ver una tortuga marina para ir a una de las playas con buenas condiciones para hacer snorkel. Esta playa es Anse Severe, a la que fuimos el primer día para ver la puesta de sol. Toca pedalear un poco y tras escasos 30 minutos estamos allí.

Foto itinerario
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La playa de día no tiene nada que ver a cuando está atardeciendo. Los colores del agua, la vegetación y la arena vibran de una manera mucho más intensa. Te llama, te incita a quedarte y te emborrachas de emoción. Tanto es así que me veo nadando en menos de 15 segundos.

Tras este chapuzón inicial, cogemos las gafas y el tubo y nos adentramos poco a poco para ver si encontramos alguna tortuga marina ya que se supone que con suerte se ven a escasos metros de la orilla. Comenzamos a meternos mar adentro, poco a poco, ya que el coral es abundante y tienes que emerger en muchas ocasiones para seguir avanzando a pie hasta que termina la barrera de coral. En este momento puedes sumergirte y bucear hasta casi 3 metros de profundidad en la parte más próxima. Si sigues adentrándote la profunidad aumenta y el hipnótico color azul oscuro infinito te atrapa y asusta a partes iguales.

Hay bastantes peces, grandes solitarios y pequeños agrupados en bancos, los hay de muchos colores, formas y características diferentes. Siempre pienso que me gustaría saber más sobre las diferentes especies porque luego no sé como identificarlos y buscarlos para ver alguna foto de ellos. Nos mantenemos prudencialmente cerca del inicio de la barrera de coral ya que al alejarnos unos cuantos metros en busca de zonas más profundas hemos sido arrastrados por un par de corrientes que tenían fuerza para lanzarnos bastante más lejos si la cosa se pone seria. Decidimos tomarnos un tiempo de descanso tras la buena tanda de zambullidas y salimos para la playa.

Foto itinerario
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Probamos ir al agua un par de ratos más para ver si la suerte nos sonríe pero la esquiva tortuga marina no ha hecho su aparición por lo que una vez que la marea baja (tanto que puedes llegar al final de la barrera de coral andando) desistimos y nos relajamos tomando el sol y leyendo hasta que tenemos hambre. Repetimos con un poco de buena comida criolla local en Rey & Josh Cafe Takeaway y nos tomamos nuestra última comida en La Digue con calma, disfrutando de cada bocado, del sol, el agua y la temperatura del medio día. Ya va quedando menos para que termine el tremendo viaje.

Aprovechando que son casi las 18:00 de la tarde, devolvemos las bicis en la tienda donde las alquilamos y vamos al alojamiento para prepararnos para otra puesta de Sol, que además será la última. Dando un agradable paseo, toalla y cámara en mano, vamos en dirección sur por la carretera principal hasta el lugar donde la vimos por última vez. De nuevo el día está con claros y el sol aparece y desaparece, escondido tras las nubes. Sea como fuere, será la última puesta de sol y no nos importa el cómo, ni el qué, solamente importa el ahora.

Foto itinerario
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Se va el Sol, cae la noche y vamos a por la última cena. Aprovechando que el otro día vimos que tenía bastante buena pinta al pasar por la puerta, y que lo tenemos a escasos metros de la playa donde hemos estado, vamos a cenar a el restaurante Le Repaire. Es un restaurante italiano, con un servicio de personal excelente, amable y educado y nos va a ayudar a quitarnos ese mono de un plato europeo de verdad. Una lasaña y una pizza nos da ese chute que estábamos buscando y nos deja bien contentos y bien saciados.

Nos despedimos haciendo definitivamente la maleta, guardando ropa, cámara y recuerdos de un maravilloso y único viaje.

día 11

Madrugamos bastante, cogemos el ferry de vuelta a Mahé a las 07:30 de la mañana y agradecemos ir medio adormilados para que la despedida de La Digue sea más indolora. Decidimos no retrasar la salida de la isla, por evitar retrasos y aprovechar que el mar está menos picado en las primeras horas del día y evitar un turbulento comienzo de nuestra vuelta. El trayecto por mar transcurre sin problemas y dormimos la mayor parte del viaje.

Llegamos al puerto y cogemos rápidamente un taxi. El señor es muy amable y nos ofrece quedarse con nuestro equipaje mientras damos una vuelta por Victoria, ya que sabe que nuestro vuelo (al decirle la compañía aérea) sale por la tarde. De hecho nos enseña reseñas que tiene sobre este servicio que ofrece en TripAdvisor para que vea que es de fiar pero declinamos su oferta ya que nos apetece ir todo lo tranquilos que podamos. Queremos extender el estado de ánimo vacacional y de tranquilidad todo lo posible

En el aeropuerto nos toca pasar las horas, bastantes de hecho, unas siete pero entre el teléfono, hablar con la familia y amigos, revisar algunas fotos, desayunar y comer se nos pasa el tiempo hasta que abren la cola de facturación. Lo malo del aeropuerto es que está abierto en su totalidad, la terminal no tiene puertas ni paredes por la parte que da a la zona de tierra, así que estamos con la temperatura ambiente de la calle y aunque hay ventiladores gigantes en las colas no ayudan lo suficiente para aplacar el calor. A eso se le suma que llevamos un exceso de equipaje en una de las maletas y la señora del mostrador se niega a dejarnos pasar tal cual (y eso que teníamos posibilidad de facturar dos maletas de 23kg) y nos toca reorganizar allí mismo la maleta y una de las mochilas. Un poco de estrés que amarga la despedida pero afortunadamente no es nada grave y facturamos finalmente sin problemas.

Una vez dentro, vamos a la puerta de embarque y nos sentamos nostálgicos mirando a la pantalla que marca el número de vuelo, sabiendo que hay que volver ya a la vida real pero queriendo extenderlo un poco más, un día, dos, ¿tres?... Supongo que hay que dejarlo estar y ser conscientes del viajazo vivido y estar satisfechos por todas las fabulosas experiencias que nos llevamos juntos.

Fin

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